EL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL MUNDO


El cambio climático mundial ha rebasado las expectativas de la humanidad en su conjunto, gobiernos, asociaciones civiles, de investigación institucional, han puesto el dedo en la llaga para exponer cada uno la problemática sobre este asunto. Las conclusiones que llega FEDERICO VELÁZQUEZ DE CASTRO, autor de las 25 preguntas sobre el cambio climático, son:
ÁFRICA.  Disminución de la seguridad alimentaria. Extensión de los rangos de vectores de enfermedades infecciosas de la salud humana. Aumento de sequias, inundaciones y sucesos extremos a las presiones sobre los recursos de agua. Extinción de especies de plantas y animales, que impactará en la forma de vida rural, turismo y recursos genéticos.
ASIA. Descensos en la productividad agrícola y la acuicultura, debido al estrés térmico e hídrico, la elevación del nivel del mar y los ciclones tropicales. Disminución de la seguridad alimentaria en Asia árida, tropical y templada. La agricultura se expandirá y aumentará su productividad en las zonas del norte. La salud humana se verá afectada por el posible incremento en la exposición a enfermedades infecciosas transmitidas por vectores, como la tensión por el calor en ciertas zonas del continente. El cambio climático exacerbará los daños a la biodiversidad debido a los cambios en el uso de la tierra y en la cubierta vegetal, así como a la presión de la población. El aumento del nivel del mar pondrá en riesgo la seguridad ecológica, incluyendo los manglares y los arrecifes de coral.
AUSTRALIA Y NUEVA ZELANDA. Los incrementos en la intensidad de las lluvias y los ciclones tropicales, así como los cambios específicos en la frecuencia de los mismos, incrementarán los riesgos para la vida, propiedades y ecosistemas a causa de las inundaciones, tormentas y daños producidos por el viento. Algunas especies con nichos climáticos restringidos y que son incapaces de emigrar debido a la fragmentación del paisaje del suelo o topografía, podrían entrar en vías de extinción. Los ecosistemas australianos, que son particularmente vulnerables al cambio climático, incluyen arrecifes de coral, hábitats áridos y semiáridos al sudoeste e interior de Australia y sus sistemas alpinos. Los humedales de agua dulce en las zonas costeras, tanto de Australia como de Nueva Zelanda, son vulnerables a la invasión acelerada de especies vegetales no deseadas.
EUROPA. La mitad de los glaciales alpinos y grandes áreas de permafrost podrían desaparecer al final del siglo XXI. El riesgo de desbordamientos de los ríos aumentará a lo largo de gran parte de Europa; en zonas costeras, el riesgo de inundación, erosión y pérdidas de humedales aumentará sustancialmente con sus correspondientes implicaciones para los asentamientos, industria, turismo, agricultura y hábitats costeros naturales.
AMÉRICA LATINA. La pérdida y retirada de los glaciares afectarán negativamente a la circulación y suministro de agua en zonas donde su fusión parcial era un importante fuente. Las inundaciones y las sequías serán más frecuentes, con un aumento de las cargas de los sedimentos procedentes de inundaciones y una degradación del suministro de agua en algunas zonas.
En América Central y Ecuatorial, los incrementos en la intensidad de los ciclones tropicales aumentarán los riesgos de la vida, propiedades y ecosistemas, como consecuencia de los daños ocasionados por la lluvia intensa, inundaciones, tormentas y vientos. Se prevé que los rendimientos de las cosechas más importantes disminuyan en muchos lugares de Latinoamérica, así como la agricultura de subsistencia, teniendo incluso en cuenta los efectos positivos del dióxido de carbono. La distribución geográfica de las enfermedades infecciosas, se extenderá hacia el polo y hacia altitudes mayores y aumentará las exposiciones a enfermedades como malaria, dengue y cólera. La velocidad de pérdida de la biodiversidad, aumentará.
NORTEAMÉRICA. El aumento del nivel del mar ocasionará un aumento en la erosión de las zonas costeras, incluyendo la inundación de estas zonas, pérdida de humedales costeros y un riesgo mayor de tormentas particularmente en Florida y en gran parte de la costa atlántica de los Estados Unidos.
REGIONES POLARES. Se espera que el cambio climático en las regiones polares esté entre los mayores y más rápidos de la Tierra, lo que causará importantes impactos físicos, ecológicos, sociales y económicos, especialmente en el Ártico, Península Antártica y Océano antártico. Los ecosistemas naturales de las regiones polares son altamente vulnerables al cambio climático, y los ecosistemas actuales tienen una baja capacidad de adaptación. Las comunidades tecnológicamente desarrolladas, posiblemente se adaptan rápidamente al cambio climático pero algunas comunidades indígenas en la que se sigue el modo de vida tradicional, tienen poca capacidad y pocas opciones para adaptarse. Los cambio en el clima que ya están ocurriendo se manifiestan en una disminución de la extensión y el grosos de la capa de hielo del Océano Ártico, deshielo de permafrost, erosión costera, cambios en las placas y bloques de hielo, y una alteración en la distribución y abundancia de las especies en las regiones polares.
PEQUEÑOS PAÍSES INSULARES. El aumento del nivel del mar previsto, de 55 milímetros por año durante los próximos 100 años, causará un aumento de la erosión costera, pérdida de tierra y propiedades, emigración de las personas, aumento de riesgo de tormentas, disminución de la flexibilidad de los ecosistemas costeros e intrusión de agua salada. En algunos casos, el riesgo de desaparición total será una realidad.

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