¡¡¡MERA COINCIDENCIA!!!


Mariano Otero, abogado, diputado constituyente (1842), coautor del juicio de Amparo con Manuel Crescencio Rejón (1847); secretario de Relaciones Exteriores (1848).

Definió en 1842 un ensayo sobre el verdadero estado de la cuestión social y política del aquel entonces y que registro lo que hoy es vigente en la política.

Decía Otero: “Una sensación grande y profunda ocupa hoy el ánimo de todos los mexicanos. Los hombres capaces de analizar los acontecimientos políticos y de entrever su porvenir oscuro, calculan, sin temor de engaño que la Nación pasa por una crisis que fijará sus destinos; y que el pueblo no que está al alcance de estos cálculos presiente también, con su instinto maravilloso, la hora de la tempestad, y muestra sus temores y sus esperanzas por el desenlace de la escena que pasa a la vista de todos”.

“De este modo la sociedad entera asiste en estos días a la representación de este visto y complicado drama, en el que se presentan la ambición y las pasiones más egoístas, mal cubiertas con mentiras y trasparentes máscaras en el que se une a los intereses que dividen a la Nación; y en el que, en fin, todas las teorías, todos los deseos, todas las esperanzas se disputan el triunfo que decidirá nuestra suerte”. Hasta aquí la cita.

La constitución establece la vida democrática del país. Los poderes de la Unión prevalecen como las instituciones del Estado. Los partidos políticos representan los intereses de quienes luchan por el privilegio del poder. Los ciudadanos prevalecen sus mejores intenciones por un mejor nivel de vida.
La cobertura informática satura las fuentes de información.

La coincidencia de opiniones siempre es prevaleciente en todos los tiempos.

Próximas elecciones, cambio de estafeta a nivel federal, estatal, municipal y distrital, ¿Cuál será el derrotero que el soberano elija?

¿El país deberá transformar su régimen de gobierno? ¿Legara al ciudadano su opinión por el mensaje político otra vez?

¿México entrará ya a las naciones desarrolladas, como cuando destaco durante la colonia como la capital dela Nueva España; y que se traducirá en ser el líder americano y formar parte ya no de las naciones en desarrollo y alcanzar su verdadero potencial?


El soberano deberá elegir de acuerdo a sus intereses más superiores y no dar su voto por regímenes que han transformado la vida de las naciones que han optado por ellos; los que son distintos a la humanidad y son receptores de los fracasos políticos, económicos, sociales, y culturales de sus pueblos.

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