EL INFIERNO
¿Pero que es el infierno? Una definición inteligente, fuera
de dogmatismos, tabúes y mitos es la que leo en Georges Minois, de que el
infierno es tan antiguo como la humanidad misma, que está ligado a sus
sufrimientos, sus odios, sus contradicciones y su impotencia, del mismo modo
que el paraíso es la sublimación de sus esperanzas, sus alegorías y su anhelo
de felicidad.
Milton en el siglo XVII lo definía
en el Paraíso Perdido, que el infierno en la mente es su propio lugar en que sí
puede hacer de los infiernos los cielos, y de los cielos un infierno.
La “caída a los infiernos será para
los no iniciados”.
La formación e educación como normas de sabiduría ¿tendrán
que ser las armas, los medios, las herramientas” para no desplomarse ante los
avatares cotidianos? Pudiera pensarse que así es, que para no “caer” se
necesita estar consciente de sus hechos, de maneras de pensar, de no
equivocarse y de destacarse en lo que se va
formando en la mente, en lo que pudiera considerarse la misión. Mientras más
nos instruyamos, más provecho tendremos y menos sufrimientos obtendremos. El conocimiento
es el paliativo al “infierno” terrenal, busquemos en él la alternativa para
superar los pesados motivos de culpa que nos aterrorizan, martirizan y
aniquilan. Busquemos en nuestro infierno las soluciones más tangibles, que nos
permitan superarnos cada día. Lograr abatirlo en la tierra, será coronar nuestro
esfuerzo en el cielo espiritual.
"QUIÉN SE UNE A LA VIRTUD LO RECIBE LA VIRTUD, QUIEN SE UNE AL MAL, LO RECIBE EL MAL". LAO-TSÉ
Evitar la amargura y la frustración
que son entes que se pueden volver agresivos y malvados y que se convierten en
nuestros propios verdugos.
¡¡¡Las grandes faltas se sancionan: arriba por los dioses y abajo por los
hombres!!!
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