EL HAMBRE Y LA SED
El
conocimiento de la humanidad de saber y aprender se agota cuando este deja de
tener apetito y se sacia de avanzar. Cuando dejamos de conocer mejor y de
instruirnos dejamos de sentir la necesidad de alimentarnos. La ambición no
siempre es dañina. Al sentirla y deleitarnos en ella permitimos a los sentidos
estar siempre despiertos. Permitamos que el espasmo del conocimiento nos
ilumine y nos motive. Tener hambre y sed de estar al corriente de las cosas, nos
conduzca, nos encienda, y nos motive a seguir estar hambrientos y sedientos de
vida, para continuar aprendiendo y enseñando. y estar en libertad de hacerlos.
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