LA SEMILLA Y EL SEMBRADOR
La
semilla como origen de vida y de la evolución humana. Si observamos con
atención la evolución de una semilla, encontraremos lo maravillosa que es la
intención divina de la vida. Debemos encontrar al sembrador interior, el que
nos conduzca a echar la semilla de lo que queremos y necesitamos. La meditación
y el esfuerzo de sembrar nos permiten avanzar con y sin resultados visibles,
pero al fin iniciativa. Como la semilla debemos esperar el fruto, claro que lo
tenemos que ver y disfrutarlo.
Cuando
sembremos las semillas que necesitemos para continuar al frente, debemos
hacerlo en los lugares y con las personas indicadas. No puede ser de otra
manera, si los frutos que necesitamos, nacen en el lugar equivocado y la
persona errónea, entonces lo que cosecharemos, no tuvo el resultado ideado.
Quitemos
todo obstáculo de la tierra, reguemos con sabiduría y recogeremos lo que hemos
sembrado.
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