LA HISTORIA DE CADA DÍA




En el metro de la ciudad. Un par de hombres, uno menor a los 55 años y otro menor a los 30. 

Hablaban de música. Ninguno maestro, se les notaba. Eran críticos del arte de criticar a los demás. Su ropa no era la adecuada al grado que ellos “representaban”. Hablaban con muchas muletillas. 

Definían que el músico debe tener esto y aquello y lo que ellos escuchaban de sus vecinos o prójimos no lo tenían.  Pero ellos no tocaban nada, se escuchaba al lado.

El mayor asentaba con movimientos de cabeza y con palabras lo que decía el menor. No lo corregía. El menor lo tocaba en el hombro o en el brazo ¡hey escúchame necesito tu atención!

Leer la historia de cada día, como la descrita, es definir las distintas naturalezas humanas en las que el conocimiento humano todavía no rebaza sus expectativas.

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