AUDACIA Y VANGUARDIA
La
audacia como el arrojo, el coraje, la valentía y el valor de todas las cosas
que emprendamos para lograr las metas y los proyectos.
La
vanguardia, como la evolución que determina nuestro quehacer en algo positivo y
que nos enorgullezca.
Confucio
determinaba que es preciso conocer el fin hacia el que debemos dirigir nuestras
acciones. En cuanto conozcamos la esencia de lo que queremos, habremos
alcanzado el estado de satisfacción que nos habíamos propuesto.
Debemos reconocer en nosotros mismos los defectos
antes de hacerlo con los demás. Ya que la máxima confuciana “los hombres
reconocen raras veces los defectos de aquellos a quienes aman, y no acostumbran
tampoco a valorar las virtudes de aquellos a quienes odian.
Lo que desapruebes en los demás, no trates de
imponerlo contigo mismo. Lo que desapruebes de quienes te han presidido no lo practiques
con los que te siguen, y lo que desapruebes de quienes te siguen no lo hagas a
los que están delante de ti.
Tener la audacia y la vanguardia en todo lo que
pensemos y actuamos, deberá ser la armadura, el escudo y la espada, para
emprender nuestra propia conquista.
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