LA DISCRECIÓN COMO DIVISA DE SEGURIDAD
Ayer
en el transporte público de la gran ciudad de México. regularmente no sabemos a
quien contramos para ayudarnos en los quehaceres de la casa. La charla entre
dos señoras en el transporte público, una más reservada que la otra, una le
venía relatando a la otra de sus quehaceres semanales: que era lavadora de ropa
y daba servicio a cinco domicilios en distintas colonias de la metrópoli. pero
el asunto no paraba ahí, sino que al comentarle a la otra sus ocupaciones le
señalaba con lujo de detalles la ubicación exacta de los domicilios, el número
y las características de sus habitantes, sus actividades, sus edades, su
situación emocional, civil, y económica, todo en un trayecto de media hora en
que el pasajero contiguo escuchó y se enteró.
Si
no empezamos a valorar mejor nuestras contrataciones a personas más reservadas,
discretas y menos hablantinas, por nuestra seguridad, entonces es mejor hacerlo
por cuenta propia.
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