LA CDMX Y EL OXIGENO
En una extraordinaria disertación del doctor Mario Molina,
el pasado martes 16, en el Colegio Nacional y en la que me sorprendió con que
la CDMX, tiene menos 23% menor de oxigeno que al nivel del mar. Dato de por sí
sorpresivo, que debemos tener muy en cuenta.
La CDMX, se localiza en la Zona Metropolitana del Valle de
México (ZMVM), y está integrada, por 16 demarcaciones territoriales, por 37
municipios del Estado de México y 1 del estado de Hidalgo. Cuenta con
aproximadamente 19 millones de habitantes, albergando casi el 18% de la
población total del país. Y ocupando un área de 3,540 Km casi urbanizados
totalmente. En ella circulan semanalmente un promedio de 5 millones de vehículos y, casi 53,000 mil industrias asentadas a sus alrededores.
La CDMX considerada la
segunda más poblada del mundo y el valle de México está rodeada de montañas en
3 de sus lados, que actúan como barrera y dificultan la libre circulación del
aire. Al localizarse a 2,240 m de altura sobre el nivel del mar y aunado a la
intensa radiación solar, la merma de tener menos oxígeno, nos hace a sus
habitantes y turistas que respiremos mal y contaminarnos peor.
Por lo que la respiración debe ser la base de que todo vaya
bien en nuestro cuerpo, ya que el oxígeno asegura la actividad cerebral, ayuda
el funcionamiento del sistema nervioso, las glándulas, los músculos y los
órganos. La ciencia nos indica que los niveles de oxígeno en sangre normales
van desde 95 a 100 por ciento y aquello menores de 90 se consideran bajos.
Ese menos 23 por ciento de oxígeno que nos hace falta en la
capital del país, nos obliga a cuidarnos más y hacer más ejercicio. Nuestro cerebro
depende del oxígeno para funcionar. Las cédulas mueren sin oxígeno. Una saturación
de oxígeno baja causa problemas mentales como confusión y pérdida de memoria a
largo plazo. La falta de oxígeno representa un grave problema de salud. La falta
de aliento, el cansancio, el estrés, la rutina diaria, la falta de ejercicio,
el sobrepeso, la mala alimentación, el consumo de azucares, las enfermedades pulmonares
(que evitan que llegue suficiente oxígeno al flujo de sangre). Una saturación
de oxígeno baja continua puede dañar la capacidad del cuerpo para respirar
adecuadamente.
¿Pero cómo respirar mejor y suplir esa
deficiencia natural?
La ciencia
recomienda hacerlo de forma lente y profunda. Inhalar el aire por la nariz y exhalarlo
por la misma. Eliminar los gases y residuos que no necesitamos es hacer
ejercicios de respiración de manera pausada y prolongada. De hacerlo reducimos
la tensión muscular y a estar más relajados. Mayor sensación de energía y
vitalidad. Gozar de un mejor sueño. Favorecer la concentración. Eliminar las
toxinas. Ayudar a quemar grasa.
Ejercitarse, correr, no mirar al piso de manera recurrente, caminar
erguido. Hacer pesas, estirar el cuerpo (para ampliar la respiración y
favorecer la ventilación del organismo). Dejar de fumar, abandonar la vida
sedentaria, permanecer más tiempo en lugares abiertos. Comer de forma
balanceada (frutas y verduras). Paseos al campo y playa (lugares con más
oxígeno y puro), y beber agua.
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