SIXTO V Y LAS MISAS DE AGUINALDO

Fray Diego de Sierra, prior del convento de San Agustín, en Acolman, estado de México, obtuvo del papa Sixto V, en 1578 la licencia para celebrar en la Nueva España, misas de Aguinaldo, que deberían ofrecerse del 16 al 24 de diciembre de cada año. Así las posadas nacen en dicho lugar y su simbolismo se ha enraizado en la costumbre mexicana, dando facetas de carácter religioso festivo, artístico, cívico y gastronómico. Fiesta y costumbre que hoy ha variado, y hay que rescatar.


En ella se deberá de pender de un techo o al aire libre las piñatas de ollas de barro, grandes, revestidas de cartón y papel fino de colores, que representan infinidad de figuras, para que los concurrentes con los ojos vendados, procuren romperlas, con el palo, para que descarguen por el suelo una lluvia de frutillas, dulces, confetis, cacahuates, semillas… en dicha fiesta se pueden servir bocadillos, con preferencia, los considerados como típicos mexicanos, buñuelos de crujiente pasta endulzados con miel, torrejas, y otros pequeños manjares, acompañados de ponches calientes, jugos de frutas y semillas, bebidas especiadas, tequila o ron de azúcar de caña, así como de colación, pastas, ferrones y mazapanes, nueces, piñones, castañas y almendras. Amando Fraga.

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