LA DECISIÓN AJEDRECÍSTICA
Aunque la decisión presidencial
en los partidos sea por unos cuantos o por uno, en cuanto a la designación o
elección de los candidatos, está debe ser ajedrecística. ¿Por qué? Al conocer
las reglas del juego quien o quienes intervendrán en ello deberá y/o deberán
garantizar a un sólo triunfador.
Los contendientes deberán ser
jugadores experimentados si es que quieren ser competitivos. Solo participar no tiene el mínimo sentido ni
interés, solo serán oportunistas.
El juego electoral tal vez
inicie en tercios, pero terminará en pares. Sólo habrá un tablero y dos
contendientes. El que gane la partida y con ella el poder.
Los todos jugamos, es lo que hoy
estamos observando el número de aspirantes que es basto.
El que gane tendrá que tener el
apoyo de una gran mayoría de gobernados, si es que quiere gobernar.
Hacer los mejores movimientos en
el tablero nacional, harán que sea un verdadero estratega.
Jugar con las mismas acciones de
procesos electorales estatales, no redituarán nada, ya que una elección es
diferente a otra.
Analizar la historia, comprender
la conducta ciudadana, será una jugada obligada.
Conocer el juego, ganar la mayor
parte del electorado, no confiarse en nada y en nadie, será asumir las mejores
jugadas, parte de la estrategia.
En el ajedrez político no se
permiten coucheos, no es un juego de masas, es una estrategia inteligente.
El que cometa menos errores,
ganará la contienda.
Incorporar en el equipo del
tablero, será cuestión de sabiduría y conocimiento. Proteger cada acción
llevará a los contendientes blindar su actuación.
En el juego no se permitirán
alianzas, estas deberán ser conformadas antes de iniciarlo.
La destreza, la habilidad, el
conocimiento del terreno, las relaciones de quién coordine la campaña, serán
decisivas en el triunfo.
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