¡EL VALOR DEL VOTO!
El elector mexicano tiene en su decisión, el valor
más importante en el día “D”, el de la elección del 1º de julio de 2018.
Para ello tiene que considerar la diferencia entre
un candidato, un partido político de otro.
No en la “persuasión ni el convencimiento” que fue
objeto por parte de candidatos y partidos políticos.
El voto calculado debe ir hacia el crecimiento,
hacia el desarrollo y a la mira de alturas.
Su decisión debe ser enfocada al “cambio”, Sí, pero
de paradigmas, de enfoque de país, de entidad, de municipio, de distrito, de
alcaldía, etc.
Hay quién ha sido candidato por diversos partidos
por conveniencia, no por enfoque al crecimiento y al desarrollo social y
económico del lugar que ha representado.
El valor del voto no es de momento, no es de unos
cuantos pesos, no es de vividores momentáneos, es el fortalecimiento del
presente y el aseguramiento del futuro personal, colectivo y como nación.
El votar en conciencia es saber con quién contar,
no a quien confiárselo.
Abonar a los partidos (prerrogativas partidistas),
es dejárselo a las dirigencias para su
disfrute y acomodo; ese el voto partidista, no el inteligente.
Lograr un mejor nivel de vida, seguridad, empleo,
garantías sociales, es el enfoque de una mejor decisión.
El primero de julio de 2018 en México, se eligen no
solo a un mandatario, sino también a quien lo acompañaran; es decir a un
mandante. A gobernadores no a virreyes; a representantes populares, no a
exquisitos; a presidentes municipales y alcaldes, no a mini reyes.
La transformación hacia el desarrollo, al
crecimiento económico y hacia la evolución personal, no es tarea de políticos,
es obligación del mandante y ese es el valor del voto.
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