UNA NUEVA OPOSICIÓN
El resultado en la elección
presidencial de 2018 en México, será que habrá un ganador y una nueva
oposición.
Esta grande, mediana o chica
oposición en el congreso mexicano, deberá actuar como el contrapeso necesario y
vital en su actuar y con la madurez y conciencia que lo sea y que no se lo crea
solamente.
Regularmente en el juego de las
posiciones en el congreso mexicano, la
oposición siempre gana más que lo que obtuvo por la vía electoral. Y será en
ese sentido que su participación sea más prepositiva y con mejores miras.
Los actores políticos que
integraran esa “nueva oposición”, deberán refrendar el apoyo ciudadano que se
les fue manifestado, hallan llegado por elección o por votación.
Una oposición madura, consciente,
visionaria, con compromiso es lo que necesita el ciudadano.
El diálogo, el debate, el consenso
y el fundamento, deberán ser los haberes cotidianos en el trabajo de los diputados y senadores en comisiones
y en su participación en los debates ante los
plenos del congreso de la unión.
Fortalecer las iniciativas que
favorezcan el desarrollo económico, social, cultural, científico, comercial,
empresarial, industrial, de educación, deberán ser las premisas de los nuevos
legisladores.
Una oposición responsable es el
espejo internacional del país, y el equilibrio necesario institucional que el nuevo
gobierno requerirá.
Tener una oposición sumisa,
oprimida, sin talento e iniciativa, solo tendrá como consecuencia el rechazo,
la ironía y de más de lo mismo que se debe evitar y desterrar.
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