LA GASTRONOMÍA POPULAR DE LA CIUDAD DE MÉXICO
Con
la llegada de los españoles y el nacimiento del mestizaje hubo importantes
cambios en la cocina tradicional mexicana. Los conquistadores trajeron de
España, de las Islas Canarias y de Filipinas alimentos variados. Entre las
semillas, estaban: el trigo, el arroz, la avena, las habas, las lentejas, entre
otras. Así como animales comestibles, como la vaca, el cerdo, la gallina y la
oveja. Especias como la pimienta, el clavo, la nuez, el jengibre y la canela.
La
combinación de productos americanos con españoles, cocinados a la manera
indígena permitió la creación de una cocina típica mexicana.
Por
ejemplo surgen del maíz, los tamales de mole, de chile verde y de dulce, solos
o en una torta, acompañados de atole.
Es
popular en el Distrito Federal, el pato de Iztapalapa, cocinado en pipían verde,
elaborado con chiles anchos y xoconaxtles y calabacitas con granos de elotes.
En
la época de cuaresma se ha hecho costumbre el comer los nopales navegantes o
mezclados con romeros. O bien, en platillos a la mexicana, acompañados de los
colores patrios: el rojo del jitomate, el verde del cilantro y el blanco del
queso y la cebolla. La sopa de haba también se cocina en esta temporada.
En
el mes de septiembre, se preparan los antojitos mexicanos; las enchiladas, los pambazos
con frijoles, chorizo, lechuga y queso; las sopas y las tostadas. Y como
postre, los buñuelos con miel de piloncillo.
Para
las fiestas decembrinas, se acostumbra organizar las posadas, donde no faltan
las piñatas rellenas de cacahuates, tejocotes, jícamas, cañas, limas y
colación. Ponche y pavo y la ensalada de Navidad o Nochebuena hecha de betabel,
jícamas, naranja, trozos de caña, lechuga, aceite, vinagre y todo salpicado con
nuez.
Por
las calles de la capital se encuentran a los vendedores de arroz de leche, las jiricayas,
las gelatinas de agua; las alegrías (amaranto) y las obleas de colores. También
las cocadas, los camotes y los plátanos cocidos y aderezados con leche. Por el
mes de noviembre, en la fiesta de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, con
la calabaza en tacha cocida con miel de piloncillo. Dentro de esta variedad de
postres, se puede considerar el pan de dulce que ya desde la época colonial ya
se comía.
La
variedad de panes son muchas y sugestivas por sus formas, sabores y nombres,
los hay en forma de vegetales, como nopales, hojas, canarios; de animales,
caracol; figuras geométricas como roscas, triángulos; de peinados: las trenzas
y las pelonas; de atributos masculinos como los bigotes; de temas amorosos como
novios, besos y picones; también números: ocho y nueves.
En
las ferias, romerías, mercados y plazas frente a las iglesias, el popular pan
de dulce con inscripciones curiosas. El pan de muerto, el 2 de noviembre y la
rosca de reyes, el 6 de enero después de la llegada de los Reyes Magos.
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