SOLO EL QUE NO CAMINA NO SE TROPIEZA
Andar
despacio o rápido, es seguir siendo activo. Salir del confort de la comodidad
nos conduce a apaciguar nuestros propios intereses por destacar, por hacer algo
más que nos reditué mayores satisfacciones. Si lo que se logró siendo activos y
despertó la ambición por alcanzarlo. No hacerlo después que obtuvimos lo que
deseamos, es que ya no querer tropezarnos. Si tan solo camináramos más y más y
más, entonces evitaremos caer en el desasosiego.
Caminar
es inyectar ánimo a nuestra mente y fortaleza a nuestro cuerpo. Caminar significa
avanzar, llegar a otra meta. Es haber experimentado las caídas que sentimos y
sufrimos. Dejarlo de hacer, es dejar para siempre lo que vivimos.
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