TENER MÁS O SER MÁS?
A
todos nos encanta tener más de lo que ya tenemos. El hombre es un poseedor
insaciable. Mendigo eterno.
Si
es intelectual, se llena de libros; si es burgués, de automóviles; si es mujer,
de joyas y perfumes. Pobre rico, el hombre conlleva un afán, que dura lo que
una vida, de adquirir objetos y más objetos. Y por ello lucha todo el día,
trabaja y sufre, con tal de abrigar la amable satisfacción de poseer hoy lo que
ayer no tenía.
Tener
más, he aquí el ideal de todos los hombres. Y sin embargo, hay un ideal más
colmado todavía. El ideal de ser más.
Porque
tener más se refiere a las cosas. Y ser más se define a las personas. A la
persona que uno es. Lo importante no es estar rodeado de objetos, así sean
necesarios, así sean costosos, así sean en fin la encarnación visible y
concreta del trabajo personal convertido en cosa.
Ser
dueño de uno mismo vale más que ser dueño de millones. Importa más a la
felicidad que el encuentro con la exterioridad de las cosas.
Y sin embargo, hacemos lo contrario. Nos ufanamos
más para tener que por ser.
¿Qué
significa ser más? El hombre tiene límites, el hombre siempre está en trance de
conocer más o de ser más digno en la vida, más honrado en el negocio, más justo
en las empresas, más amable en el trato, más recto en la convivencia, más señor
de sus actos.
Nunca
podemos decir en el orden de la sabiduría: lo sé todo; ni en el orden del bien:
soy plenamente bueno.
El
hombre por definición es perfectible. Siempre hay un peldaño más arriba por
ascender en una escala que desconoce el término.
Muchos
hay que aguijonear para adornar la mente de conocimientos. Leen y estudian,
reflexionan y discuten. Logran al fin ser hombres, sino cultos, al menos
eruditos. Y es preciso confesar que el hombre moderno ha empezado a sentir el
vivo impulso de conocer más. Y quien conoce más, es más hombre.
El
ignorante o el perverso llevan a cuestas una vida vegetativa o una vida animal,
nunca una vida auténticamente humana.
Las
sombras en la inteligencia o el corazón dejan del hombre la apariencia y la
máscara.
Quien
en verdad se empeña en ser más como consecuencia tiene más. En cuanto que el
hombre con mayor luz en su mente y mayor fuerza en su libertad, se encuentra
potenciado para tener más. En cambio, quien sólo se preocupa por poseer objetos
sin poseerse a sí mismo, acaba por perderse a sí mismo y por perder todo lo
demás.
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