LA SENSIBILIDAD POLÍTICA Y CIUDADANA
Se
dice que la sensibilidad es la facultad de sentir, de manejarse con tacto, con
afecto y con humanidad.
Pero
que sucede con los políticos “los no tanto profesionales”, que se olvidan del
trato que requieren los ciudadanos, de a pie y no tanto.
Los
auxiliares que dejan se ser atentos para convertirse en serviles de sus jerarquías
inmediatas.
Las
jerarquías no asumen el rol de atender con suficiencia sus agendas públicas. Omiten
protocolos, llegan tarde y se olvidan de lo principal “hacer política”, para
hacer politiquería.
La
opacidad ha llegado a contemplar grandes huecos en la política, sus seguidores
hacen vida de ella. ¿Existe para ellos la llamada sensibilidad exquisita del
artista? No, no existe en ellos la atención, la ayuda; el mensaje que escuchan
lo hacen desde lejos, desde su horizonte pequeño. No ven más allá de la copa de
su sombra.
¿Entonces
cómo hacer cambiar la mentalidad de estos servidores públicos? ¿Cómo hacer que
los ciudadanos cambien su manera de percibirlos?
La
forma es fondo decía don Jesús Reyes Heroles, entonces cambiemos nuestra
representación hacia una mejor base de gobierno, que incluya una mejor
disposición del que sirve para no servirse y atender lo que la responsabilidad le
obliga.
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