LA PERSEVERANCIA Y LA DILIGENCIA VENCE AL TALENTO
El caracol y la liebre rivalizaron
cierto día en una carrera. La meta había que ser el confín de un bosque
cercano. El caracol emprendió su camino con mucho fervor; sudaba; se esforzaba.
La liebre, con ilimitada confianza, se acostó en el suelo bajo los rayos esplendorosos
del Sol. Y pensaba: ¡Imbécil! ¿Para qué tantas fatigas, a qué vienen tantos
sudores? Es por demás. En dos saltos te dejo, yo tan atrás que no me verás la
punta de la cola. El caracol seguía su camino, arrastrándose, sudando,
trabajando, y cuando la liebre se dio cuenta no le faltaba más que un paso para
llegar al bosque “mi voto a abríosle” Hay que correr. ¡Adelante!; exclamó la liebre, da un salto, da otro salto: pero, antes de dar
el tercero, el caracol ya estaba en el bosque… Mons. Toth.
Comentarios
Publicar un comentario