LA ASERTIVIDAD COMO SOLUCIÓN A NUESTRO CARÁCTER
Cuando
la humanidad se siente apesadumbrada por un acontecimiento que no le atañe
directamente, como suele sucederle a una persona ajena a su círculo, menciona erróneamente
la palabra “pobre”. El evitarla en nuestra conversación, es lo más
sano y confortable para no sentirse abatido. El no someternos a emociones
ajenas y no dejar que estas influyen en nuestro ánimo debe ser la palanca de
impulso y no de freno en nuestro comportamiento.
La
asertividad como el comportamiento comunicacional nos permite entrar en un
estado de confort mental, al no permitir que nada, ni nadie nos dañe, queriendo
someternos a su voluntad. Esto nos permitirá que al ser convincentes en lo que
deseamos y queremos, defendemos nuestros derechos, que al hacerlos fortalecemos
nuestro carácter.
¿Si
el ser asertivo en cada una de las cosas que hacemos y pensamos nos lleva a hacerlo
con toda certeza, qué debemos hacer?, algo sencillo: conocer los derechos que
tenemos y defenderlos con precisión, probidad y carácter.
Podemos
ser guiados, aconsejados, instruidos, pero nunca dirigidos y menos sometidos. Nacimos
libres de pensamiento, debemos seguir siéndolo para continuar con nuestra
función; que es la de aprender continuamente, enseñar entusiastamente y sembrar
lo que posteriormente nos dará la sombra anhelada, la fortaleza de carácter.
Aprovechemos
y observemos la circunstancia de valorar nuestro éxito, actuando, pensando en
el momento y lugar adecuado, con autenticidad y estar seguros de nuestro carácter y capacidades.
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