KENNEDY Y EL CARISMA
John Fitzgerald Kennedy, desde joven siempre busco el significado del
carisma que veía en las grandes figuras del medio artístico.
Estudiar la historia, examinar las acciones de los hombres
ilustres, ver como se han conducido en la guerra, analizar el porqué de sus victorias
y derrotas para evitar estas y tratar de lograr aquéllas, y sobre todo hacer lo
que han hecho en el pasado algunos hombres egregios que, teniendo a los otros
por modelos, tenían siempre presente sus hechos más celebrados. Nicolás Maquiavelo.
Leer a los Kennedy de Peter Cailer y David Herowitz, es
adentrarse como la langosta que conoce los secretos de las profundidades. Es interpretar
su lectura entre líneas de como a través de la perseverancia y del esfuerzo se
pueden conocer mejor las entrañas políticas. Es descubrir la magia de los
medios de comunicación, principalmente la televisión como el medio de la
autopromoción y el sucedáneo de la política. Es organizar las conferencias de
prensa con animados actos ingeniosos y corteses. Es conferir estilo y elegancia
en el vestido y en el trato. Es el hacer nada hasta que no sea absolutamente
indispensable. Es el que en una campaña electoral, se ha de seleccionar
cuidadosamente los objetivos, cubriéndolos con el método napoleónico de aplicar
la mayor fuerza posible durante un plazo largo de tiempo en las zonas que se
quieren conquistar. Es el evitar que no se abandone ninguna iniciativa y que no
se pueda renunciar al triunfo. Es tener la capacidad para el cargo y no valerse
solamente del carácter. Es tener la vocación del carácter, de la ambición, de
la intrepidez, del ingenio y del esfuerzo. Es tener el temperamento y filosofía
política por naturaleza.
El carisma personal como la seguridad de la persona
para conquistar lo que desea.
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