LA ESTRATEGIA ELECTORAL NAPOLEÓNICA
Aplicar las estrategias más
adecuadas en el ámbito de una campaña electoral, es rendir atención a lo que se
está haciendo en el campo de la competencia política. Así como Nicolás
Maquiavelo es para los interesados en la ciencia política y sus observaciones
de como un político se debe mover en la arena de las disputas y de la guerra,
así un candidato en la lucha política-electoral debe conocer para exponerse
menos y ganar más terreno.
Napoleone di Buonaparte, mejor
conocido por Napoleón I Bonaparte, fue un artífice del carisma, virtud que
manejó con habilidad extraordinaria para seducir a los hombres y mujeres de su
tiempo.
Las características que debe reunir
quién desea ser candidato a un cargo de elección popular, para identificarse
con la estrategia napoleónica es: ser un estratega, es decir diestro en el
manejo de la acción razonada y no precipitada. Ambición para conducir la mejor
nave a su alcance para triunfar. No ser el protagonismo electoral, sino el que
lo secunde. Barrer todo el territorio de la competencia, por todos los medios
posibles, por aire y por tierra. Contar con
un talento organizador en el mapa político, que lo impulse a ser líder. Conocer
la geografía y el conocimiento del entorno por el cual compite. Es ser más
fuerte que el adversario en un punto determinado. Compartir las glorias y las
penalidades, para ser distinguido. El ser enérgico, sensible como un poeta y
brutal como un conquistador en el campo electoral. Enamorarse de las ideas
nuevas de quien lo rodea y escucharlos. Estudiar y leer todo lo que acontece en
el entorno de la competencia, y para refrendar su cultura política, tener al
alcance de su mano, El Enseño general de táctica, del conde de Guilbert; el
mejor estratega militar del siglo XVIII, la República de Platón y las
Instituciones del emperador bizantino Justiniano.
La teoría napoleónica es: adquirir
la superioridad en un punto clave, atacar en ese punto con todas las fuerzas,
obtener un efecto de sorpresa por la rapidez de los movimientos.
Desmotivarse de los dogmas y
aplicar la praxis política, como herramienta eficaz en foro electoral, trae
resultados. Para vencer al adversario resulta necesario estudiar todo el campo
de batalla.
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